5 verdades bíblicas sobre la jubilación pastoral

A primera vista, parece que la Biblia no alude para nada al tema de la jubilación. Sin embargo, las escrituras sí contienen una descripción detallada sobre la jubilación de los sacerdotes que facilitaban la adoración y el ministerio en el templo. La tribu israelita de Leví fue apartada para ser sacerdotes y facilitadores de adoración en el templo judío (Números 3:5-11). Además de proporcionar detalles meticulosos sobre la descripción de sus funciones, Dios también le dio a Moisés instrucciones respecto a un plan para su jubilación del servicio activo.
23El Señor dijo a Moisés: 24“Esta norma se aplicará a los levitas: Para el servicio de la Tienda de reunión se inscribirá a los que tengan veinticinco años o más, 25pero cesarán en sus funciones y se retirarán cuando cumplan los cincuenta, 26después de lo cual podrán seguir ayudando a sus hermanos en el ejercicio de sus deberes en la Tienda de reunión, pero no deberán hacer el trabajo. Estos son los deberes que asignarás a los levitas» (Numbers 8:23-26 NVI).
El ministerio de un sacerdote levítico era extremadamente demandante, especialmente durante la época en que el tabernáculo era portátil. Además de supervisar el mobiliario del tabernáculo y facilitar el culto comunitario, los levitas también eran responsables de montar, desmontar, y transportar todas las instalaciones para el tabernáculo. Esto incluía al Arca del Pacto, el candelabro, el altar del incienso, y muchos otros muebles que formaban parte del tabernáculo portátil. Ser miembro de la comunidad ministerial de la nación implicaba un trabajo manual duro y el tipo de trabajo que sería más adecuado para los hombres jóvenes que para los mayores. En cierta manera, el plan de jubilación prescrito para los levitas era la provisión bondadosa de Dios después de décadas de fiel servicio. Parece que después de los 50 años, su ministerio se transformó en una función de mentoría y un descanso de las tareas más exigentes asociadas con el servicio sacerdotal.
Aunque este pasaje tiene su propio significado contextual, los principios que lo respaldan nos brindan cinco verdades transculturales que pueden aplicarse al papel que desempeña su junta local en la jubilación ministerial.
1. Dios se preocupa por la planificación de jubilación. El mismo Dios que prestó atención a todos los detalles al crear el universo (Génesis 1-2) así como la planificación meticulosa para la redención humana (Juan 3:16) también se preocupó por cómo Sus ministros planifican su jubilación. Durante miles de años, el Espíritu Santo preservó este pasaje que habla específicamente de las realidades de las limitaciones de la vejez, el honor, la mentoría, y la jubilación ministerial. Si la jubilación ministerial fue lo suficientemente importante como para que Dios la incluyera en las leyes levíticas, debería ser lo suficientemente importante como para que las juntas de las iglesias la incluyan en las agendas de las reuniones, los presupuestos, y la priorización de gastos.
2. Todos debemos prepararnos para la inevitable pérdida de energía. Aunque aún existen aspectos de la vida ministerial que requieren el trabajo físico, dirigir iglesias nunca ha sido tan demandante espiritual, emocional, relacional, e intelectualmente. Todos llegamos a un punto en que nuestro servicio a Dios se ve afectado por la edad, la falta de energía, el cansancio emocional, y la pérdida gradual de relevancia cultural. Me anima que el Señor entendió que, a cierto punto, estos ministros deben pasar de trabajar duro a trabajar con inteligencia. Dios creó un sistema donde los levitas debían hacer la transición de “hacer” el ministerio a “ser” mentores. El hecho de que el Señor dio criterio para esta transición nos muestra que la jubilación no sucede por sí sola y requiere pasos y planificación intencionales. Su pastor puede ser joven y lleno de visión, empuje, y resistencia física, pero llegará el día en que no lo sea. Ese día incluso puede llegar mucho después de que haya dejado su iglesia y transicionado a otro ministerio. Sin embargo, Dios requiere que invierta en el reino de Dios en general, invirtiendo en esa transición, sin importar cuándo ocurra.
3. El valor de un ministro no disminuye tras la jubilación. La jubilación no marcaba el fin de la obra de los levitas. El propósito de Dios no era remover ministros productivos del servicio sino redirigir su servicio a un propósito más maduro y necesario. Tras la jubilación, aún podían seguir ayudando a sus hermanos en el ejercicio de sus deberes en la Tienda de reunión (Números 8:26). Asimismo, el valor de un ministro no disminuye al jubilarse. De hecho, ¡el valor de un ministro jubilado nunca ha sido más alto! Vivimos en una época en la que la juventud está sobrevalorada y seguir las tendencias se percibe como relevante. En cambio, al llegar a la edad de jubilación, un ministro posee una perspectiva única desde la cima del mástil. Ha sido curtido por el dolor, la perseverancia, y la fe. El cuerpo de Cristo no necesita de ellos más conocimiento, necesita su sabiduría. El cuerpo de Cristo no necesita que sean expertos en tecnología; necesita su perspectiva. El cuerpo de Cristo no necesita su dominio de hechos y datos; necesita su mentoría, oración, y orientación. Al invertir en la jubilación de su pastor, está realizando una contribución profunda y poderosa al gran cuerpo de Cristo. Además, está ampliando y alargando el canal de mentoría de las Asambleas de Dios.
4. Hay que modelar la jubilación digna para la próxima generación. El hecho de que Dios requería que los ministros mayores de 50 años hicieran la transición a un rol de asistencia y mentoría es importante. Esta transición no era opcional sino parte de la ley levítica. Esto nos muestra que Dios quería que los levitas mayores modelaran una vida saludable y una transición ministerial. Este concepto es una verdad poderosa que trasciende la cultura y el tiempo. De la misma manera, los ministros deberían modelar para la siguiente generación cómo se mira la planificación de jubilación y una transición saludable.
Una encuesta del 2017 realizada por Grey Matter Research and Consulting para las Asambleas de Dios sobre Ministros y Finanzas encontró que el 40 por ciento de los pastores principales tienen menos de $10,000 en ahorros de retiro, el 37 por ciento de ministros menores de 45 años no tienen ahorros de retiro, y la mediana de ahorros para la jubilación de los pastores principales de las Asambleas de Dios es de $20,000. No podemos evitar creer que estas estadísticas mejorarían considerablemente si cada iglesia local se involucrara más en ayudar a su pastor a prepararse para modelar una transición exitosa para nuestros ministros más jóvenes. Fuera del ministro, ningún grupo tiene mayor potencial para lograr esto que las juntas de la iglesia.
5. 5. La comunidad de fe debe tener un sistema formal para facilitar la jubilación. La verdad más profunda de esta narrativa es la manera en que Dios codificó este requerimiento levítico para la nación entera. El Señor podría haber limitado la obligación de cumplir con este requerimiento a cada sacerdote a nivel personal. Sin embargo, al instruir a Moisés para que hiciera de este arreglo parte de la ley levítica de la nación, Dios esperaba que toda la comunidad de fe asumiera esta obligación. En otras palabras, se le ordenó a toda la nación formar parte del plan de jubilación para aquellos llamados por Dios a ministrar a sus necesidades espirituales. Al incluir este plan de jubilación en la ley levítica, Dios exigía a toda la nación que se asegurara de su obediencia.
Dios creó un sistema que permitía a la comunidad ministerial de la nación jubilarse con paz, libertad, y dignidad. Como pastor y junta de la iglesia, pueden hacer lo mismo.
Para obtener más información sobre los planes de jubilación disponibles a través de GenFi Ministries, haga clic aquí, llame al 800-851-3005 o envíe un correo electrónico a retirement@genfi.com.
Este artículo fue publicado por Ryan Kropf en nombre del autor, el Reverendo Gene Roncone, Superintendente de la Red – Rocky Mountain Ministry Network.